VIII Ruta Sierra de Paterna
Cuando decidimos inscribirnos en esta maratón, apenas tuvimos tiempo para pensarlo. Avalada por la Federación de ciclismo con la distinción al mejor evento deportivo del año las plazas acabaron en cuestión de horas. Y eso que era un cupo de 1.200 ampliado posteriormente a 1.500 participantes. Una vez realizada la ruta, podemos concluir que la distinción es merecidísima. No tenemos calificativos para describir una de las mejores rutas a las que hemos asistido. Si no la mejor. Por encima de todo, cabe destacar la implicación de todo un pueblo en la organización del evento, y sobre todo la amabilidad y simpatía de todos y cada uno de los paterninos para con los participantes de la carrera. Un amplísimo despliegue de medios e ilusión que están patentes en multitud de detalles a lo largo del día. Salimos pronto de Jerez, con el consiguiente madrugón para llegar con tiempo de sobra para desayunar. Esto no fué posible, ya que, llegando a Paterna, y debido a la gran afluencia de participantes, hubo un pequeño colapso a la entrada del pueblo, lo que nos hizo llegar con la hora pegada al culo, y con el tiempo justo para vestirnos y salir pitando para el cajón de salida. Una vez situados, desde nuestra posición veíamos la salida a unos 300 metros de distancia por la gran afluencia de bikers. Antes de salir ya comenzó a llover y lo hizo durante gran parte de la ruta. El recorrido por el pueblo fue un poco agobiante, a marcha muy lenta y con peligro de enganchones. Lo más notable, las gentes asomadas a las puertas de sus casas o en plena calle para despedir a los locos desafiantes de la lluvia. ¡Venga, que ya queda poco! o ¡Naaa, que son cuatro gotas! fueron los gritos de ánimo más escuchados. Empezamos recorriendo la campiña de Paterna y pronto empezaron las subidas y bajadas característicos de esta prueba. La descripción del recorrido la podemos ver detallada en este link. El entorno espectacular. La lluvia apenas había estropeado los caminos y nos daba tregua de vez en cuando. A nuestro ritmo, tranquilo y relajado, fuimos devorando kms. sin apenas darnos cuenta, salvo en los fuertes repechos en los que no había más remedio que echar pie a tierra. Los avituallamientos eran una fiesta, agua, barritas, molletitos con embutidos, mantecadas, frutas, yogur, acuarius…de todo y lo que quisieras y además servido con amabilidad infinita. Tras el segundo avituallamiento, y aunque mi intención era hacer la ruta corta de 59 km. al llegar a la bifurcación en la que había que decidir, a JM no le costó mucho trabajo convencerme para seguir. La verdad es que me encontraba bien y el entorno bien merecía hacer un esfuerzo. Y mereció la pena. Para mi gusto nos adentramos en la zona más bonita, la bajada hasta el arroyo Meloja y la posterior subida de la Cuesta de los Machos ( 2 Km. Al 8 %). Tras otro avituallamiento decidí que la ruta larga me venía larga y animé a mi compañero a seguir devorando km. mientras yo me desviaba para la intermedia (78 km). Durante el trayecto en uno de los controles, me sorprendió uno de los colaboradores a pie de pista, dando cuenta de una paleta ibérica y ofreciéndola a modo de avituallamiento. No lo dudé. Aproveché también los servicios médicos para solicitar un antiinfamatorio para mi jodida rodilla. Una chica muy simpática me pinchó dos ampollas mientras otro chaval me ofrecía una cervecita. Ya los últimos kms. se me hicieron bastante tediosos salvo la divertida bajada hasta 5 km de meta, desde donde ya se divisaba la cuesta de Pinguete (1 km al 10%) que da acceso al pueblo. Mientras pedaleaba pausadamente, no dejaba de pensar en JM, oyendo y viendo los truenos y relámpagos que quedaban atrás, justo dónde él se encontraba. Según cuenta, varios rayos cayeron bastante cerca de él. Una vez superada la maldita cuestecita, la mitad a pié, por fin la llegada a meta. Esta era todo un jolgorio. No cabía un alfiler. Me fuí a duchar y a reponer fuerzas con la comida (como si no hubiéramos comido bastante). Un plato de guiso de garbanzos exquisito, otro de revuelto de champiñones con jamón, unos filetitos de lomo, unas tapitas de queso, cerveza por un tubo, pan postre…De categoría. Mejor que muchos convites de boda. Y todo esto bajo una lluvia incesante, a resguardo bajo las carpas y con la charanga amenizando el cotarro. Mi compa JM llegó un rato más tarde, desorientado, empapado, de barro hasta los ojos, hecho un poema. Tras cambiarse y dar cuenta del rancho, recogimos nuestra burras, diplomas y regalos y nos marchamos, orgullosos de haber participado en la mejor de todas las rutas conocidas. Y con la idea de volver, sin duda, para el año próximo.
¡Enhorabuena y gracias a todos los que hacen posible esta prueba!
FOTOS (Esta vez hicimos pocas debido a la lluvia)
langui
ME ALEGRO QUE HAYAIS DISFRUTADO TANTO ESTA RUTA, OTRA MAS A AÑADIR A VUESTRO PALMARÉS.ENHORABUENA. POR CIERTO ÚLTIMAMENTE SE EMPEÑAN EN QUE RECUPEREMOS EN LAS CARRERAS EL DOBLE DE LO QUE PERDEMOS, JEJEJE… ¡DA GUSTO SENTIRSE MIMADOS!
NOS VEMOS EN MONTECOCHE.
AGUERRIDA (NO SIENTO LAS PIERNAS)
Gracias compañera. La verdad es que en esta ruta se lo montan del carajo. No lo he mencionado, pero en los avituallamientos daban unos rosquillos de azúcar que estaban de morirrrrrr. Saludos.