Las Cañillas, todo un espectáculo
Con la retirada de última hora de nuestro amigo Langui por problemas de garganta, mejórate compañero, los tres pimos mantekeros, encaramos la gélida mañana con la ilusión de un crío el día de reyes. Los motivos varios; hacía ya un par de semanas que no compartíamos salida, la de hoy era una ruta esperada por prometida a Manuel y para rematar, los tres viajábamos juntitos en el desvencijado pero jabato coche de Ramón.
Como no podía ser de otra forma, Manuel le propinó al mareo toda una lección de contención (tanto en la ida como en la vuelta), gracias también al quite incuestionable de la pastilla mágica que quita las arrugas a la carretera, y ésta tenía y muchas.
Muy pronto descubrimos que el frío tenía mala cara y acobardados junto al coche, dudábamos si montar en bici o buscar refugio nuevamente en el auto calentito… Habíamos venido a pedalear y así lo haríamos (pero que frío cojone).
La ruta muy conocida por su belleza entre los amantes de la BTT, se nos mostraba hoy con toda la dureza propia de la falta de kms. y de forma. Constante subida y subida, (Ramón ya nos dará los datos técnicos cuando haga confesar al enano chivato)donde cada curva y rincón eran un regalo para la vista, que no tanto para las piernas…
La idea era realizar una variante que ya hiciéramos Ramón y un servidor y, a modo de presente navideño, ofrecérsela a Manuel. El resultado fue espectacular, mi pimo quedó perplejo ante la velocidad, belleza y exigencias de las bajadas, que no exenta de varios pinchazos, amenizados con anédotas eróticas de saunas, «cerraba» un completo circuito bikero.
Luego, y ya buscando las esquivas cuevas de Las Motillas, Manuel nos regalaba un desayuno a base de nuestro producto espartano pero estrella…MANTEKA!!!
Un par de batacazos en la ruta (Langui, al no venir, alguien tenía que cumplir expediente), el mío no es novedad, pero sí el patinazo de Ramón que aunque sin consecuencias, experimentó la dureza de las piedras.
De regreso, y con un un servidor adormecido (léase cansancio), dedicamos gran parte de la bajada a proyectar salidas futuras, presentaciones en el mundillo BTTero del Manteka (sí Langui y Jm, sí, ya lo hablamos), y posibles variantes que añadan kms. y calidad a una de las rutas más bellas que hacerse puedan en el Parque Natural de Los Alcornocales.
Bueno, se me olvidan infinidad de detalles, entre otros, los de la animada conversación que durante la vuelta a casa protagonizaron mis dos pimos, pero bastante tenía el que escribe, con mantener el duro y depiadado mano a mano con el sueño.
Pd. un lugareño esperó fielmente a que colocáramos las bicis en el coche ya que no pensaba que fuéramos capaces de colocar en las reducidas dimensiones del vehículo, la cantidad de tiestos que aparecían, a modo de maldición, por todos los rincones imaginables.
Lo que son las cosas, «para frío ayer», decía el buen hombre mientras daba cuenta de un cigarro puro. Por los cohone, digo yo
Señores, señoras, un saludo y hasta la próxima.
Comentarios recientes