Una más de UBRIBIKE
Muchos amantes de la bici, incluso algún «fatiga» de ésta, iniciamos con ilusión una ruta prometedora, previo desayuno con mollete y café de gloria en El Bosque. Reencuentros, anécdotas y pinchazos marcan los kms. que van cayendo sin darnos cuenta (especialmente cuando bajamos, porque cuando la tendencia es la contraria…).
Manolo Merca, el Valeroso de los Mtb»V»Jerez, no tarda en romper no se yo que de la bicicleta, y decide con buen criterio regresar, siendo el primero en meterle mano a las neveritas de los coches. Un abrazo Manolo y nos debes una por hacerles creer a todos tu trola.
Las subidas no son muy duras pero si largas y las bajadas se hacen peligrosas, por momentos, por los daños de estas aguas sufridas, la degradación del terreno y las enormes roderas que esperan pacientemente «morder» las gomas de la bici.
Tal y como acordamos previamente con Fran, esto lo explicito para disipar dudas sobre nuestro estado corporativo de forma, los mantekas nos encargamos de cerrar el pelotón y hacer de coche escoba recogiendo todo lo que iba saltando de las bicis durante las bajadas, incluso nos recogíamos unos a otros…
Paisajes impagables en un día luminoso y caluroso, las tierra escupiendo agua por cada rincón, el eterno corcho, la fauna (mejorando a los presentes), etc, hacían que constantemente tuviera la seguridad de saberme privilegiado. Y para colmo el fin de fiesta que Fran culmina con unas TORRIJAS CASERAS de su santa que SABEN A GLORIA.
Perdonadme chavales que no intercediera por vosotros para hablar con la familia americana pero ya estaba todo dicho, especialmente por Ramón… y con el excursionista, que Manué, el niño de las aceitunas en el colegio, tan bien «calara», pero la satisfacción de rememorar tranquilamente todo lo vivido cervecita en mano, me impedía dedicarme a otros menesteres.
Bueno, solo queda despedirme y daros las gracias, especialmente a FRAN, emplazarnos para nuestra próxima aventura, donde creo que ya deberíamos recuperar el BTAlpinismo, y el componente de incertidumbre del saberse perdido, así como el conocimiento de nuevos lugares de nuestra bella serranía.
¡ RUTÓN !