The first Owl

Y así se hizo. En la tarde noche de ayer, ocho mantekas, con las correspondientes licencias maritales, nos dimos cita para completar la primera nocturna de la temporada. La ruta, planificada por Dany, completó un agradable y atractivo recorrido que, por momentos, fue amenizado por las frases de incredulidad de quienes esperando disfrutar del espectáculo de las motos en la vecina localidad portuense, lo hacían de forma inesperada del desfile de ciclistas iluminados, algunos en tal cantidad que, como bien dijera Manué, corrían el riesgo de electrocutarse.

 

 

Dany, Javi, Fran, Manué, Antonio, Ramón, Billy y un servidor, disfrutamos de las sensaciones únicas de pedalear en plena noche, haciendo de cada km., aún habiendo sido recorrido antes, tramos nuevos por descubrir. Como platos fuertes; los pasos por Las Beatillas, Los Toruños, el puente del río San Pedro, el showman Ramón, San Cristobal…

 

 

Y como sorpresas, la visita, nocturna por supuesto, al parque de bicicros y el paseo turístico por el centro del Puerto de Santa María (todito para nosotros. Detallazo del alcalde).

 

 

Anécdotas imperdonables;

 

 

1.- Es la primera vez, y espero que la también sea la última, donde se pasa hambre en una ruta Manteka.

 

2.-Las luces en una ruta «nocturna» en particular, y en la vida en general, son importantes.

 

3.-¿Cómo cojone nadie arregla los «boquetes» de la sierra, con la de carajotes que hay pedaleando a oscuras por la noche?

 

4.-Que Langui, llevado por un ataque de sensatez impropio de su edad, no nos acompañara

 

 

 

¡La siguiente por Los Alcornocales! (y a lo mejor hasta de noche).

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